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Por Redacción , 1 de julio de 2024 | 06:15Estrés por sequía en árboles frutales y su manejo
Comprender y gestionar el estrés por sequía en los árboles frutales es crucial para mantener la productividad y la sostenibilidad de las plantaciones.
Por Amir Rezazadeh
Amir Rezazadeh se desempeña como agente de extensión de cultivos agrícolas y de frutas de varios condados en los condados de St. Lucie e Indian River, Estados Unidos.
Su trabajo se centra en la producción de cultivos frutales comerciales y ofrece programas educativos integrales basados en las necesidades de los productores locales.
Sequía, crecimiento y gestión del estrés
Los árboles frutales no son inmunes a los desafíos que plantea el estrés por sequía. El estrés por sequía ocurre cuando el suministro de agua de un árbol cae por debajo de su demanda, lo que genera alteraciones fisiológicas que pueden afectar el crecimiento, el desarrollo y la producción de frutos
En la estación seca, cuando la escasez de agua es un problema frecuente en muchas zonas del mundo, comprender y gestionar el estrés por sequía en los árboles frutales es crucial para mantener la productividad y la sostenibilidad de las plantaciones.
CAUSAS
Las precipitaciones insuficientes, las altas temperaturas, los déficits de agua en el suelo y las malas prácticas de riego son los principales contribuyentes al estrés por sequía. Además, factores como la compactación del suelo, el drenaje deficiente y la salinidad excesiva pueden exacerbar las condiciones de sequía al limitar la capacidad del árbol para acceder al agua y los nutrientes del suelo.
IMPACTOS
Los efectos del estrés por sequía en los árboles frutales pueden manifestarse de varias maneras, afectando su salud y productividad en general. La disponibilidad reducida de agua inhibe la fotosíntesis, lo que lleva a una menor producción de carbohidratos y un crecimiento atrofiado. El estrés por sequía prolongado puede debilitar las defensas de los árboles frutales contra plagas y enfermedades, haciéndolos más susceptibles a infestaciones e infecciones. El rendimiento y la calidad de la fruta también pueden disminuir debido al suministro inadecuado de agua, lo que da como resultado frutas más pequeñas con sabor y contenido nutricional comprometidos.
GESTIÓN
Optimizar las prácticas de riego: Implementar sistemas de riego eficientes, como riego por goteo o microaspersores, para suministrar agua directamente a la zona de raíces del árbol y minimizar la pérdida de agua por evaporación.
Manejo del suelo: Mejorar la estructura del suelo y la infiltración de agua incorporando materia orgánica, como compost o estiércol, al suelo.
Poda y aclareo: pode los árboles frutales para eliminar las ramas muertas o enfermas y aclaree el follaje denso para reducir la competencia de agua entre las ramas.
Manejo de nutrientes : mantenga una nutrición equilibrada fertilizando los árboles frutales con micronutrientes y macronutrientes apropiados, especialmente potasio y calcio, que desempeñan funciones esenciales en la regulación de la absorción de agua y las funciones celulares.
Conservación del agua: implementar medidas de conservación de agua, como la recolección de agua de lluvia, sensores de humedad del suelo y el uso de agua reciclada, para optimizar la utilización del agua y minimizar el desperdicio.