Cerezas: Cómo están los cultivos del Norte Chico luego de las precipitaciones

¿Cómo pasan este invierno y cómo se están preparando los cereceros?, ¿Cuáles son las perspectivas para la nueva temporada? y ¿Cuál sería el peor escenario?, responde a Diario Frutícola, Jorge Astudillo, ingeniero agrónomo y co-fundador de CerezasPrimores.cl

La cuarta región de Chile ha estado afectada más de una década con embalses con mínimos históricos (Cogotí, La Paloma) producto de la crisis hídrica, siendo una situación que es una constante preocupación de los agricultores y también de las autoridades, debido a la urgente necesidad de generar planes de acción acompañados de inyección de recursos.

DiarioFrutícola.cl conversó con Jorge Astudillo, para conocer cómo van los cultivos de cerezas tempranas chilena de la Provincia del Limarí, Región de Coquimbo, específicamente en los alrededores de Ovalle, también conocer cómo sobrellevaron las intensas precipitaciones registradas recientemente y cómo se viene la temporada de las cerezas tempranas chilenas.

Jorge Astudillo, ingeniero agrónomo, gerente de producción de Valle Arriba SpA y co fundador de los seminarios de Cerezas Primores, señaló que “lamentablemente la región de Coquimbo y en particular la provincia del Limarí hace años que se encuentra en sequía, llegando al extremo se tener toda su red de embalses prácticamente secos, lo que obligó al gobierno declarar a la región de Coquimbo como Zona de Riesgo Sanitario”.

A pesar de lo anterior no existe otro cultivo en el Norte Chico como las cerezas, que tenga mejores perspectivas de desarrollo, con retornos altos gracias a que abastecen a los mercados del hemisferio norte a partir de la semana 41, mediados de octubre. 

Sin embargo dice Astudillo para lograrlo se requieren condiciones ambientales mínimas: agua de riego de calidad, oferta varietal más específica, profesionales especialista y jornales apoyando en campo.

¿Cómo se vive la situación de los cultivos en zona de Ovalle y alrededores luego con las precipitaciones?

 La red de embalses de la zona están prácticamente secos, por esto el gobierno declaró a la región de Coquimbo como Zona de Riesgo Sanitario.En este contexto opciones de riego a través de los canales de las diferentes asociaciones dependía del comportamiento de las precipitaciones de esta temporada. 

Hasta mayo la única opción real proyectada de riego para los cultivos en la zona era a través de los acuíferos y su red de pozos profundos autorizados bajo derecho de aprovechamiento otorgados a las empresas agrícolas por la DGA. 

Hoy luego de las precipitaciones registradas en la semana pasada, claramente nos permite proyectar una temporada diferente a la que se esperaba. 

Había esperanza de que podríamos recibir algo de lluvias considerando que estábamos enfrentando una transición de Niño a Niña, pero nunca en los volúmenes que hoy podemos cuantificar. Ejemplo es lo que ocurre en el embalse más grande de Chile, La Paloma que duplicó lo que tenía acumulado hasta antes del frente y queda con una buena perspectiva de acumulación por la misma escorrentía actual de las quebradas y afluentes, más los deshielos de primavera-verano. Esperamos pronto tener las proyecciones oficiales para conocer cuales serán las dotaciones que se recibirán esta temporada para cada accionista de las diferentes asociaciones de regantes.

Bajo este contexto, la agricultura de la zona del Norte Chico podría al menos mantener su superficie que cultivó la última temporada, lo que bajo la situación previa (sequía), es muy bueno. Ahora queda esperar a que siga lloviendo, que termine el invierno, vengan los deshielos y luego conocer cómo quedan los embalses regionales para así ver como se distribuye el agua esta temporada.

¿Para quiénes no conocen de plantaciones de cerezas, en qué etapa están en este minuto y por qué importante su cuidado?

En estos momentos los cerezos en el Limarí se encuentran en pleno receso, en el caso nuestro en pleno receso “otoño-invernal”, que es cuando los caducos (sin hojas) enfrentan las condiciones más frías del año. Previamente, cuando los cerezos perdían sus hojas, al inicio del otoño, se realizan manejos fitosanitarios claves, con el fin de proteger el cultivo de las condiciones invernales.

Hoy debemos procurar mantener esas condiciones fitosanitarias de manera adecuada, por lo que tras las lluvias, idealmente debemos volver a reforzar con alguna aplicación de fungicidas-bactericidas.

Todos estos cuidados van en dirección de proteger el cultivo que se encuentra a semanas de iniciar su rompimiento de dormancia y con ello comenzar un nuevo ciclo productivo.

¿Cómo vislumbran este invierno y cómo se están preparando los cereceros?

De acuerdo a las condiciones mínimas de receso invernal o dormancia del cultivo, hoy enfrentamos todo lo contrario de lo que vivimos la temporada 2023, cuando vivimos el invierno más cálido y seco de los últimos años, provocando por consiguiente, uno de los peores años en términos de producción para los caducos, inclusive para algunos persistentes como los olivos.

Hoy ya en mayo teníamos la misma cantidad de frío acumulada la temporada anterior, y a la fecha ya hemos logrado los mínimos adecuados para las variedades de menor requerimiento como Brooks.

¿Cuál es el peor escenario climatológico que los pudiera afectar?

Cómo sabemos, estamos en transición de Fase Neutra a La Niña, la que se espera se exprese a partir de julio en adelante. Las condiciones bases debieran cambiar, esperando con ello más probabilidades de días fríos e incluso heladas. 

Las heladas podrían ser el riesgo climático mas relevante para las cerezas de la zona, que comenzarán a brotar justamente a fines de julio, alcanzado la plena flor a mediados de agosto.

Eventuales lluvias tardías obligarían a modificar los programas fitosanitarios, salvo que vengan en plena floración, momento en que podría ser más susceptible a perdidas de cuaja (afectación mecánica y biológica).

¿Cuáles son las perspectivas para la nueva temporada?

Las perspectivas para este año, luego de venir precedidos por el peor año productivo de las últimas temporadas, son inmejorables, con el frío suficiente, lluvias, suelos lavados y cargados en todo el perfil, días nublados, con huertos en general muy bien llevados desde poscosecha en adelante, con una entrada en receso muy ordenado, se espera comenzar a romper dormancia con todos los requerimientos alcanzados. 

Esperamos tener oportunidad de conocer los potenciales productivos de todas las variedades cultivadas en la zona. Esperamos también, conocer las primeras producciones de las nuevas genéticas plantadas hace algunos años y que frente a este invierno podrían demostrar sus características tanto productivas como comerciales.

¿Qué se está haciendo para sacar el máximo potencial de los campos, técnicamente hablando? 

El cultivar cerezas en una zona marginal, en este caso en el margen norte del país, obliga siempre a tener controlados todos los aspectos del manejo, a partir de los registros meteorológicos, registros de campo, fenología, etc., con ellos podemos trabajar de mejor forma los potenciales, sabiendo que normalmente tendremos que hacer las cosas de manera diferente a la zona tradicional, porque no tenemos las condiciones ideales, tampoco estamos trabajando con variedades del todo adaptadas. 

Las fechas son diferentes, los estados fenológicos se mueven de acuerdo con nuestras condiciones ambientales, nuestros tipos de suelo. Cuando el manejo agronómico con las herramientas habituales no son suficientes, debemos optar a los pack tecnológicos disponibles actualmente, sistemas de control de radicación, control de heladas, uso de cobertores, etc. En ellos también encontramos alternativas para suplir lo que haga falta y con ello alcanzar los potenciales esperados.

¿Cómo las cerezas del norte de Chile pueden ser gestionadas de manera sostenible, considerando los aspectos económicos, sociales y medioambientales? 

Las cerezas necesitan un mínimo de condiciones ambientales para ser producidas, en volumen y calidad. En Ovalle, a pesar de las condiciones que ofrece, mínimas en la mayoría de los casos, se logran y de gran manera, siendo responsable de abrir y abastecer los mercados del hemisferio norte a partir de la semana 41, mediados de octubre, con fruta de máxima calidad en momentos donde no hay cerezas en el mundo.

Esta situación permite recibir retornos muy altos, prácticamente triplicando los retornos promedios nacionales, sumados a los volúmenes por hectárea que se han conseguido, no existe otro cultivo que ofrezca esta rentabilidad.

Este cultivo, durante la temporada necesita siempre contar con el apoyo de jornales para enfrentar las labores de manejo, ya sea en invierno para la poda, el raleo o en primavera para la cosecha. Cientos de trabajadores, cada vez mas especializados, son los responsables de ejecutar las labores de los huertos. 

Y su bajo requerimiento hídrico, comparado con otros cultivos de la zona, como cítricos, uva de mesa o paltos, que además es regado normalmente entre septiembre y marzo, lo hacen ejemplo de sostenibilidad ambiental por el uso acotado del recurso mas limitante de la zona, el agua.

No existe otro cultivo en el Norte Chico, que tenga mejores perspectivas de desarrollo, no obstante para lograrlo, necesita de condiciones ambientales mínimas, agua de riego de buena calidad, por poca que sea, una oferta varietal más específica y el apoyo de profesionales especialistas que ayuden a manejar las condiciones particulares de la zona.