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11 de abril de 2025 | 06:01Patentan nueva maquinaria para cosechar rosa mosqueta

La Universidad de Río Negro, Argentina, patentó una herramienta para cosechar estre fruto nutricional y tesoro de Los Andes, que tiene su hábitat en el sur de Chile y Argentina.
La rosa mosqueta es un arbusto que puede sobrepasar los 2 metros de altura, con tallos delgados y curvos, cubiertos de espinas. Detrás de la cosecha de este fruto, hay una actividad tan precaria como ardua que está invisibilizada.
Con esta nueva herramienta, una especie de garra metálica, se facilita la recolección del fruto disminuyendo los riesgos de lesiones y otros daños.
Además, permite al recolector alejarse de la planta -bajando el peligro de contagio de hantavirus- y mejora la ergonomía en el trabajo. Además, permite incrementar la productividad ya que se logra sacar mayor cantidad de frutos.
Juan Martín Quiroga, docente investigador en el Instituto de Estudios en Ciencia, Tecnología, Cultura y Desarrollo de la sede andina de la UNRN, explicó «No solo se pensó en una herramienta para aumentar la productividad, sino también en aspectos ergonómicos y de seguridad. Hay gente que trabaja con esto y actualmente lo hace en forma muy precaria. El nivel de cosecha actualmente demandado es altísimo ya que, para cada litro de aceite de rosa mosqueta, se necesitan 33 kilos de semillas. Aproximadamente 150 kilos de frutos secos de mosqueta».
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Conoce más de este tesoro silvestre de Los Andes
Pocas especies silvestres encierran tantos beneficios como la rosa mosqueta (Rosa rubiginosa), un arbusto espinoso de la familia de las rosáceas, conocido por sus brillantes frutos rojos y sus flores aromáticas. Aunque su origen se remonta a Europa y Asia, fue en Sudamérica —especialmente en la zona sur de Chile y Argentina— donde encontró un hábitat ideal para desarrollarse espontáneamente, convirtiéndose en un recurso estratégico tanto para la industria alimentaria como cosmética.
¿Qué es la rosa mosqueta?
La rosa mosqueta es un arbusto rústico, de crecimiento vigoroso, que puede alcanzar hasta 2 metros de altura. Florece entre octubre y diciembre, dando paso a sus característicos frutos —llamados escaramujos— entre los meses de marzo y mayo. Estos frutos se recolectan manualmente, un trabajo minucioso que se concentra principalmente en las regiones del sur de Chile como La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, donde crece de forma silvestre en bosques y praderas.
Un concentrado natural de nutrientes
El fruto de la rosa mosqueta es una verdadera joya nutricional. Su pulpa contiene altos niveles de:
Vitamina C: hasta 40 veces más que una naranja, lo que la convierte en un potente antioxidante natural.
Vitamina A, E y K: esenciales para el sistema inmunológico, la piel y los procesos antiinflamatorios.
Ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6): presentes principalmente en las semillas, muy valorados en la industria cosmética por sus propiedades regenerativas.
Polifenoles y flavonoides: que actúan como antioxidantes y protectores celulares.
Fibra dietética: que favorece el tránsito intestinal y la salud digestiva.
Gracias a esta composición, el consumo de rosa mosqueta —ya sea en infusiones, mermeladas, aceites o suplementos— está vinculado con beneficios que van desde el refuerzo del sistema inmune hasta la mejora de enfermedades inflamatorias como la artritis.
Producción sustentable y valor local
En Chile, la recolección de rosa mosqueta silvestre se ha transformado en una actividad relevante para comunidades rurales y cooperativas de recolectores. Al tratarse de un recurso no cultivado, su aprovechamiento se basa en prácticas sustentables y recolección responsable, sin aplicar pesticidas ni fertilizantes. Esta condición le ha permitido ganar terreno en los mercados orgánicos internacionales.
Además de sus usos alimenticios, su aceite —extraído en frío de las semillas— es uno de los más cotizados en la industria cosmética por su capacidad de regenerar tejidos y reducir cicatrices, siendo exportado principalmente a Europa y Asia.
La rosa mosqueta no solo representa una oportunidad económica para zonas rurales y recolectores locales, sino también un ejemplo de cómo los frutos silvestres pueden aportar salud, sostenibilidad y desarrollo territorial.
En un mundo cada vez más orientado hacia los productos naturales y de origen trazable, la rosa mosqueta se proyecta como un protagonista silencioso pero poderoso.
