Mi hijo/a no quiere comer verduras ni frutas ¿Qué hago?

Juan Cristóbal Reyes, chef y académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la UNAB, comparte algunos tips.

Es frecuente que padres o cuidadores se quejen por las dificultades de los niños para comer diversos alimentos, especialmente verduras.

“La alimentación en la primera infancia sienta las bases para una vida saludable. En este contexto, el consumo de verduras juega un papel crucial, aportando nutrientes esenciales para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños”, explica Juan Cristóbal Reyes, chef académico de la Escuela de Nutrición y Dietética U. Andrés Bello.    

“Sin embargo, incorporar estos alimentos en la dieta infantil puede ser un desafío para muchos padres”, subraya el profesional.

¿Por qué son importantes las verduras para los niños?

Según detalla el experto, “las verduras son ricas en vitaminas, minerales y fibra, elementos indispensables para el crecimiento, desarrollo y buen funcionamiento del organismo”.

Asimismo, “el consumo regular de verduras ayuda a fortalecer el sistema inmunológico de los niños, haciéndolos más resistentes a enfermedades”.

Otro elemento importante es que las verduras promueven una digestión saludable. “La fibra presente en las verduras regula el sistema digestivo, previene el estreñimiento y favorece una microbiota intestinal sana”, dice Reyes y agrega que “son bajas en calorías y altas en fibra, lo que las convierte en un aliado ideal para mantener un peso saludable en los niños”.

También las verduras reducen el riesgo de enfermedades crónicas. “Una dieta rica en verduras en la infancia puede reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer en la edad adulta”, advierte el académico de la UNAB.

¿Qué estrategias usar para incorporar verduras?

Juan Cristóbal Reyes proporciona algunas sugerencias respecto a cómo lograr incorporar el consumo de verduras en los niños.

•          Dar ejemplo: Los niños aprenden por observación, por lo que es fundamental que los adultos en el hogar consuman verduras regularmente y con gusto.

•          Introducir verduras desde temprano: Ofrecer verduras a los bebés desde los 6 meses de edad, comenzando con purés y papillas, y luego incorporando texturas más variadas a medida que crecen.

•          Variedad y color: Ofrecer una amplia variedad de verduras de diferentes colores, sabores y texturas para que los niños exploren y descubran sus preferencias.

•          Cocinar en familia: Involucrar a los niños en la preparación de las comidas, permitiéndoles elegir verduras, lavarlas, cortarlas y cocinarlas. Esto puede generar mayor interés y aceptación por estos alimentos.

•          Ser creativo: Preparar platos divertidos y atractivos con verduras, utilizando colores llamativos, combinaciones de sabores interesantes y presentaciones originales.

•          No obligar: Forzar a los niños a comer verduras puede generar rechazo y aversión. Es importante ofrecerlas con paciencia y dejar que las prueben en pequeñas cantidades.

•          Elogiar y recompensar: Reconocer y celebrar el consumo de verduras por parte de los niños puede reforzar este hábito positivo.

•          Ser paciente: Introducir nuevas verduras y sabores puede requerir tiempo y paciencia. No desanimarse si los niños rechazan algunas verduras al principio, seguir ofreciéndolas de diferentes maneras puede aumentar su aceptación.

Finalmente, Reyes señala que “incorporar verduras en la dieta infantil es fundamental para sentar las bases de una alimentación saludable y un desarrollo óptimo. La clave está en dar ejemplo, ofrecer variedad, ser creativo, paciente y persistente. Recuerde que los hábitos alimenticios se construyen desde la infancia y que las verduras son un pilar fundamental para una vida sana y feliz”.