Diretora de Odepa hace un balance de la cooperación agrícola entre Chile y México

Enfatiza en que ambos países incrementan su relación de confianza como socios estratégicos, buscando focos para mejorar las condiciones de los agricultores de pequeña escala y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.

La cooperación internacional de todo país es fundamental para mejorar la competitividad y en el caso de la agricultura para hacerla sostenible. La relación Chile-México se sustenta en la confianza, en trabajar con estándares de calidad en la producción silvoagropecuaria y en las oportunidades mutuas de desarrollo económico y comercial que ofrece el Tratado de Libre Comercio de 1999, que hoy ya cumple 25 años. 

Chile fue el primero en la región en contemplar una liberalización total, programada y automática, para más del 95% de los productos del universo arancelario, e incorporar un sistema de solución de controversias. Actualmente el 98,3 % del universo arancelario se encuentra liberado de pago de aranceles.

Como dato de referencia en el periodo 2018-2022, los principales productos de exportación de México a Chile fueron cerveza, preparaciones de malta, quesos, bebidas no alcohólicas, harina de pescado, grasa de pescado, preparaciones alimenticias, galletas, palta o aguacate y levaduras. 

Mientras que los principales productos que compró México a Chile fueron salmón, carne de pollo, durazno, vinos de uva, semillas de hortalizas, uvas de mesa, ajos, ciruelas deshuesadas y quesos, entre otros.

De acuerdo con cifras de Expordata de Frutas de Chile, durante la temporada 2022-2023, Chile envió a México 38.665 toneladas de frutas frescas.

Destacando los envíos de uva de mesa con más de 11 mil toneladas (29% del total de las exportaciones de frutas chilenas a México), seguidas de los kiwis con más de 6 mil ton (17%), nectarines más de 5 mil ton (15%), duraznos más de 4 mil ton (13%), ciruelas más de 3 mil ton (11%), peras más de mil ton (9%) y cerezas cerca de 700 toneladas (3%).

Específicamente en uva de mesas desde enero hasta marzo 2024, los productores y exportadores de la región de Coquimbo llevan a cabo un Programa Piloto de Systems Approach para las exportaciones de uvas con destino a México, reemplazando la fumigación por un sistema de inspección en origen con inspectores en Chile de la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) del SENASICA.

Esto también se pretende implementar para naranjas, y kiwis, buscando alternativas al uso de bromuro de metilo. 

La directora de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias de Chile (Odepa), Andrea García, entregó su visión a Diario Frutícola, respecto a la posición de México como el séptimo socio comercial de Chile, la relación construida entre ambos países, el intercambio de conocimientos en materia de contención y control de plagas y la positividad de la balanza comercial silvoagropecuaria.  

Odepa es un servicio público dependiente del Ministerio de Agricultura que analiza el comportamiento económico y productivo del sector silvoagropecuario, mantiene una amplia gama de estadísticas agropecuarias y forestales, proporciona información regional, nacional e internacional, para apoyar la toma de decisiones de los agricultores y los diferentes actores del sector. 

Directora, ¿Cómo ha sido la relación de cooperación agrícola entre Chile y México, últimamente se han gestionado nuevos acuerdos?

Este año se cumplen 25 años de la firma del Tratado de Libre Comercio entre ambos países, y el balance hasta la fecha ha sido muy positivo, en cuanto a la gestión de los acuerdos, que nos han permitido potenciar el área agrícola en ambas direcciones.

Conforme han pasado los años, ambos países hemos ido creciendo en la relación de confianza como socios estratégicos, buscando espacios de colaboración, con foco en mejorar las condiciones de los agricultores de pequeña escala y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.  

Uno de los más recientes acuerdos está enfocado a la comercialización de nuestra uva de mesa, buscando alternativas a la fumigación con bromuro de metilo, con el objetivo de proteger el medio ambiente, y al mismo tiempo mejorar la calidad y condición de la fruta en destino. 

Otro acuerdo de importancia es la reciente apertura del mercado para cítricos chilenos (limón, mandarina, clementina) y mexicanos (limones), en esta correspondencia de comercio exterior de doble vía (ida y vuelta).

¿A su juicio cómo ha sido la trayectoria como socios comerciales, en qué cultivos o aspectos de investigación podemos ejemplificar?

México es un importante referente en Latinoamérica, por lo mismo, seguimos de cerca sus avances en materia de contención y control de plagas. Principalmente en el tema de la Mosca del Mediterráneo y las acciones de control en la frontera con Guatemala, que han implicado un trabajo intenso y continuo por más de 40 años. 

En este sentido, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México (Senasica) nos ha compartido información que genera directamente desde su planta de cría y esterilización de Moscas del Mediterráneo, ubicada en Chiapas. 

Por su lado, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile ha aportado con las experiencias en manejo de plagas como la Polilla del Tomate (Tuta absoluta) y la Polilla de la Vid (Lobesia botrana), lo que nos ha permitido aprender mutuamente de las experiencias desarrolladas por ambas autoridades sanitarias y fitosanitarias.

Este es un ejemplo de comunicación permanente tanto técnica, como científica, a través de la realización de seminarios y foros de discusión. 

¿Cómo está compuesto el comercio silvoagropecuario bilateral a 2023, en cifras cuáles serían en términos de exportaciones e importaciones?

La balanza comercial silvoagropecuaria es positiva entre Chile y México, es decir, Chile exporta más productos que los que importa de México. En 2023 se enviaron USD 776 millones FOB y se importaron USD 111 millones FOB. 

Destacan los envíos a México de productos como duraznos en conserva, ciruelas deshidratadas, tomates procesados, vinos, kiwis frescos, ajos frescos, e inulina, también destacan las exportaciones de carne de ave, y de algunos productos forestales como madera aserrada, tableros y madera cepillada, entre otros. 

A su vez, Chile importa productos como tequila, café, levaduras, ron, maní, queso crema, queso cheddar, mozzarella, y otros productos lácteos. 

¿Qué experiencia o buena práctica podríamos recoger como chilenos del trabajo que realiza México a nivel de tratados, mercados internacionales o incluso manejo de información agrícola?

Ambos países coincidimos en varios temas que son de interés mutuo, como el desarrollo del sector silvoagropecuario con perspectiva de género, el aprovechamiento del agua para uso agrícola y las políticas públicas para favorecer la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor. 

Siempre hemos mostrado interés en establecer vínculos de colaboración entre países, impulsar acciones y los proyectos que promuevan el beneficio regional, tanto con México como con otros países de la región latinoamericana.

Destaca el trabajo que realiza Senasica en materia de inteligencia sanitaria, analizando y generando información relevante para prevenir amenazas para la producción agroalimentaria de México.

Ese concepto de manejo de información para reducir los riesgos de introducción de plagas y enfermedades al país es un modelo muy interesante para conocer en más profundidad.

¿Odepa guarda alguna relación con su símil mexicano?

A través de nuestra Oficina Agrícola en Ciudad de México mantenemos contacto fluido con la Secretaría de Agricultura de México y sus instituciones. Aquello nos permite avanzar en conjunto en el trabajo técnico, científico, y productivo, en favor de la agricultura de ambos países.