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Por Redacción , 23 de julio de 2024 | 07:15Cómo controlar las heladas en tus cultivos
Las heladas son una amenaza para la agricultura, capaces de destruir cultivos en pocas horas. Conoce las estrategias para controlarlas, desde métodos como la elección del lugar de cultivo y el uso de acolchados, hasta el riego por aspersión elevado y el uso de calefactores.
Por Tierra Verde.
Las heladas representan una de las amenazas más significativas para la agricultura, capaces de destruir cultivos en cuestión de horas. Por esta razón, es crucial implementar estrategias efectivas para controlar y mitigar sus efectos. En este artículo, exploraremos las estrategias pasivas y activas que los agricultores pueden utilizar para proteger sus cultivos de las heladas.
Tipos de heladas
Es importante entender los diferentes tipos de heladas para aplicar las estrategias correctas.
Heladas radiactivas
Ocurren por la fuga intensa de calor del suelo durante la noche, enfriando las capas bajas de la atmósfera. Son más comunes cuando el cielo está despejado, sin viento y con baja humedad.
Heladas advectivas
Se producen por el desplazamiento de masas de aire frío, cubriendo grandes áreas y persistiendo por varias horas o noches. Este tipo de helada es más dañino debido al aire seco y frío.
Estrategias pasivas
Las estrategias pasivas se aplican antes de que llegue la helada, con el objetivo de minimizar los daños potenciales. Estas medidas preventivas son fundamentales para asegurar la salud de los cultivos a largo plazo.
Seleccionar variedades resistentes a las bajas temperaturas
Elegir variedades de cultivos que sean naturalmente resistentes a las bajas temperaturas es una de las estrategias más efectivas. Estas plantas están adaptadas para sobrevivir en condiciones adversas y pueden resistir mejor las heladas.
Beneficios: Menor riesgo de daño por heladas, mayor resiliencia del cultivo.
Costos: Generalmente no hay costos adicionales, aunque las semillas resistentes pueden ser ligeramente más caras.
Elegir el lugar idóneo de cultivo
La ubicación del cultivo juega un papel crucial en la protección contra las heladas. Es recomendable evitar zonas bajas, ya que son más propensas a las heladas debido a la acumulación de aire frío. En cambio, las laderas y áreas elevadas tienden a ser más seguras.
Beneficios: Menor probabilidad de heladas, mejor flujo de aire.
Costos: Puede implicar costos adicionales si se requiere cambiar la ubicación o preparar nuevas tierras de cultivo.
Evitar suelos compactos
Los suelos compactos retienen menos calor durante el día, lo que puede resultar en temperaturas más bajas durante la noche. Utilizar técnicas de labranza adecuadas para evitar la compactación del suelo puede ayudar a mantener una temperatura más alta alrededor de las raíces de las plantas.
Beneficios: Mayor retención de calor, mejor salud del suelo y de las plantas.
Costos: Inversión en equipos de labranza y posibles cambios en las prácticas de manejo del suelo.
Adaptar el laboreo, nutrición, riego y podas
En regiones propensas a heladas, es fundamental ajustar las prácticas agrícolas. Adaptar el laboreo, la nutrición, el riego y las podas de las plantas puede ayudar a mejorar su resistencia al frío. Por ejemplo, evitar podas excesivas y asegurarse de que las plantas reciban suficiente agua y nutrientes puede fortalecerlas contra las heladas.
Beneficios: Plantas más fuertes y resilientes.
Costos: Puede implicar cambios en los métodos de trabajo y costos adicionales en fertilizantes y sistemas de riego.
Poner acolchados sobre el suelo
Los acolchados son materiales como paja, plástico o geotextiles que se colocan sobre el suelo para actuar como una barrera protectora contra las heladas otoñales. Estos materiales ayudan a retener el calor en el suelo y proteger las raíces de las plantas.
Beneficios: Protección del suelo y las raíces, mejora en la temperatura del suelo.
Costos: Costos de los materiales de acolchado y la mano de obra para instalarlos.
Estrategias activas
Las estrategias activas se aplican cuando se pronostican heladas fuertes, y su objetivo es proporcionar calor a los cultivos para evitar daños. Estas medidas requieren una intervención más directa y a menudo implican el uso de tecnologías específicas.
Usar calefactores o estufas
Los calefactores, utilizan combustibles fósiles para generar calor. Los modelos estándar consumen entre 1.8 y 2 litros de combustible por hora y se necesitan entre 70 y 100 calefactores por hectárea. Aunque son eficaces en generar calor, los calefactores tienen altos costos operativos debido al constante consumo de combustible y emiten gases contaminantes, lo que los hace menos sostenibles comparados con las soluciones de Tierraverde.
Antorchas de parafina
Encender pacas de paja o antorchas de parafina es una técnica sencilla y accesible para generar calor. Sin embargo, este método tiene altos costos continuos y presenta riesgos de incendios. Además, es muy poco sostenible debido a la alta emisión de humo y CO2.
Riego por aspersión
Nuestras tecnologías como el Pulsator 205™ junto Pulsemax 360º, aplican agua en pulsaciones de alta frecuencia y bajo caudal. Esta tecnología forma una capa de hielo que protege las plantas al liberar calor cuando el agua se congela. Estos sistemas utilizan hasta tres veces menos agua que los aspersores tradicionales, haciendo que sean mucho más eficientes y sostenibles. Además, son ideales para cultivos como cerezos, paltos, cítricos, arándanos, kiwis, olivos y viñedos.
En términos de costos, la inversión inicial en los sistemas de pulsadores puede ser alta, pero los costos operativos son significativamente menores debido al reducido consumo de agua y energía. Esto no solo reduce el impacto ambiental, sino que también ofrece una solución más económica a largo plazo.
Torre eléctrica
Para generar y distribuir calor de manera uniforme. Esta torre combina capas de aire superior, de mayor temperatura, previniendo el daño por heladas desde el suelo hasta la copa de los árboles. Con un motor de 30 HP, tiene la capacidad de cubrir hasta 5 hectáreas, y su diseño aerodinámico minimiza el ruido y elimina las emisiones de CO2. Además, su instalación es sencilla y rápida, y los costos operativos son considerablemente menores comparados con torres que usan petróleo o gas.
En términos de sostenibilidad, la Antibrina 3-22 es amigable con el medio ambiente y el bienestar de las comunidades. Su uso de energía limpia reduce significativamente las emisiones contaminantes, haciendo que esta torre sea una opción ideal para huertos en zonas con escasez de agua y para aquellos agricultores que buscan soluciones sostenibles.
La mejor estrategia para proteger los cultivos de las heladas es una combinación de medidas pasivas y activas. Conocer bien las condiciones meteorológicas y topográficas que provocan las heladas es crucial para aplicar las medidas adecuadas en cada caso.
Las heladas son una amenaza seria para la agricultura, pero con la implementación de estrategias pasivas y activas, los agricultores pueden minimizar los daños y proteger sus cultivos. Seleccionar variedades resistentes, elegir ubicaciones adecuadas, evitar suelos compactos, adaptar prácticas agrícolas y utilizar tecnologías de riego y calefacción son métodos efectivos para combatir las heladas. Al combinar estas medidas y mantenerse informados sobre las condiciones climáticas, los agricultores pueden asegurar la salud y productividad de sus cultivos incluso en las condiciones más frías.
Estas técnicas no solo ayudan a proteger los cultivos actuales, sino que también contribuyen a la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura, permitiendo a los agricultores enfrentar los desafíos climáticos con mayor confianza y eficacia.